Pisos en Madrid
Alquila tu casa en Madrid

Alquila tu piso en Madrid

Alquilar tu piso en Madrid puede ser una excelente opción si eres propietario de una vivienda y deseas generar ingresos adicionales. Dada la demanda existente en la capital y la oferta limitada de pisos, no te va a costar mucho alquilarla. Eso sí, debes tomar ciertas precauciones contra los impagos y los destrozos de tu inmueble.

1. Preparación de la propiedad

Antes de poner tu piso en alquiler, es fundamental que lo prepares adecuadamente. Entre los pasos necesarios se encuentran:

  • Reparaciones y mantenimiento: Asegúrate de que la propiedad esté en buen estado. Haz cualquier reparación necesaria y asegúrate de que todas las instalaciones estén funcionando correctamente. Revisa especialmente la fontanería, la seguridad de las instalaciones (escaleras, muebles, etc) y toda la instalación eléctrica.
  • Limpieza profunda: Una limpieza a fondo es esencial. Considera contratar a profesionales para que limpien la propiedad de manera exhaustiva. Los inquilinos buscan un piso limpio y de aspecto agradable.
  • Decoración neutral: Si tu casa tiene una decoración muy personalizada, considera hacer algunos cambios para que sea más neutral y atractiva para un público más amplio. Los posibles inquilinos desean imaginar cómo vivirían en esa casa: si está demasiado personalizada no se sentirán atraidos.
  • Relaciones con los vecinos. Advierte a los vecinos y a la comunidad tu intención de alquilar. Es bueno que sepan de antemano que llegará un nuevo vecino. Y si hay algún conflicto con él, podrán dirigirse a ti para solucionarlo de buenas maneras.

2. Establece el precio de alquiler 

Compara el mercado en plataformas como Idealista o Fotocasa. Indaga entre otros propietarios de tu portal que también lo tengan alquilado. Incluso puedes preguntar al administrador de tu finca para que te aconseje.

3. Anuncia tu propiedad

Una vez que tengas tu propiedad lista y sepas cuál será el precio de alquiler, es hora de ponerla en alquiler. Algunas opciones para anunciarla son:

  • Portales de alquiler: Utiliza sitios web de alquiler confiables como Idealista, Fotocasa, Pisos.com o incluso Airbnb si deseas alquilar por días o semanas.
  • Redes sociales: Publica anuncios en tus redes sociales o en grupos locales de Facebook relacionados con alquileres.
  • Agencias inmobiliarias: Si prefieres no lidiar con la gestión del alquiler, puedes contratar a una agencia inmobiliaria para que se encargue de encontrar inquilinos y gestionar la propiedad.
  • Carteles. Un cartel de alquiler en tus ventanas y otro en el portal con tu teléfono, nunca falla. Los interesados siempre buscan inmuebles directamente en las zonas deseadas.

4. Realiza una investigación de inquilinos

Como decíamos, el hecho de que exista una alta demanda te facilita poder endurecer las condiciones al inquilino. Puedes solicitarle nóminas, certificado de vida laboral además de una fianza más cuantiosa de lo que marca la ley. Puedes investigar en Internet su trabajo, modo de vida, etc. Es tu casa, no puedes meter a cualquiera en ella.

5. Firmar el contrato de alquiler

Conviene que el contrato esté confeccionado específicamente para tu alquiler. Es una tentación habitual descargarlo de Internet, pero no se va a ajustar a todos tus deseos y te puede salir caro en caso de conflictos que puedan acabar en los tribunales. Un contrato de alquiler tiene que estar muy detallado y cubrir la mayor cantidad de causísticas posibles.

Conviene que realices fotos de cómo entregas el inmueble, que las imprimas y que el inquilino firme para mostrar su conformidad y prueba de cómo acepta el piso y su situación a fecha de firma del contrato.

No está de más que en el contrato figure una inspección o visita cada 6 meses para ir viendo la evolucion del piso y su trato. No se trata de una vigilancia completa, pero sí de hacer un seguimiento. El inquilino debe asumir y comprender que aunque habite en la casa, su propiedad no le pertenece. Por tanto ha de ser accesible y cuidadoso con la casa.

A partir de ahí, trata de mantener una comunicación abierta y regular con tu inquilino. Esto facilitará la resolución de problemas y garantizará un alquiler sin complicaciones. No debes controlar, pero si estar al tanto de todas las vicisitudes que ocurran.


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