A la hora de plantearse en qué tipo de inmuebles invertir, debemos conocer, no solo la tasa de retorno de la inversión, sino también la evolución de la oferta y la demanda, la aceleración o desaceleración de precios, evolución de la zona, factores intrínsecos como el tráfico existente en el caso de los garajes, etc.
Es verdad que cada tipo de inmueble tiene su época y su oportunidad. Precisamente porque la economía es cíclica y cuando todo marcha bien se suelen recomendar los locales y las oficinas, o cuando queremos estabilidad y seguridad, acudimos a los garajes. La vivienda, por su parte, siempre es un valor refugio en caso de crisis y permite adquirir oportunidades a bajo precio.
1. Viviendas: La base sólida de toda cartera
Las viviendas constituyen el eje de cualquier cartera inmobiliaria sólida. Los inversionistas experimentados buscan propiedades en ubicaciones estratégicas, en las que la demanda de alquiler es alta. En zonas emergentes o en proceso de revitalización, la adquisición de viviendas para renovación y posterior arrendamiento puede generar flujos de efectivo constantes y apreciación del valor a largo plazo.
Los precios de la vivienda han mostrado una tendencia al alza en los últimos años, lo que hace que la inversión en propiedades residenciales sea atractiva. Sin embargo, ya se aprecia una ralentización en la aceleración de los precios y en algunos casos alguna caída.
En Madrid la rentabilidad alcanza el 5,2% y en Barcelona llega hasta el 5,8%. (Fuente: Idealista)
2. Locales Comerciales: Ingresos estables
Para los inversionistas con un apetito por el riesgo moderado, los locales comerciales representan una oportunidad atractiva. La clave radica en elegir ubicaciones estratégicas, como zonas comerciales consolidadas o áreas turísticas, donde el tráfico peatonal sea elevado. Al adquirir locales comerciales y asegurar contratos de arrendamiento a largo plazo, los inversionistas pueden garantizar ingresos estables y posibles incrementos de renta en el futuro.
En Barcelona la tasa de rentabilidad bruta se sitúa en el 8,4%, mientras que en Madrid se queda en el 8,2%. (Fuente: Idealista)
3. Oficinas: Capitalizando el auge empresarial
El mercado de oficinas en Madrid está experimentando un crecimiento notable debido a la fuerte presencia de empresas locales e internacionales. Los inversionistas que buscan exposición al sector empresarial pueden optar por invertir en oficinas prime en ubicaciones clave, aprovechando los alquileres atractivos y la demanda constante. Invertir en espacios de coworking puede ser una estrategia rentable en este dinámico mercado.
En Barcelona la rentabilidad se sitúa en el 7,8% y en Madrid en el 7,4%. (Fuente: Idealista)
4. Garajes: Una Inversión menos tradicional pero rentable
Aunque menos convencionales, las inversiones en garajes y plazas de aparcamiento ofrecen una perspectiva atractiva para aquellos que buscan diversificar sus carteras. Dada la congestión del tráfico en las grandes ciudades, la demanda de espacios de estacionamiento seguros y convenientes es alta. La inversión en garajes genera ingresos pasivos mediante alquileres mensuales y potencial apreciación del valor a largo plazo.
En Madrid la tasa de retorno se sitúa en el 5,1% y en Barcelona llega hasta el 6,7%. (Fuente: Idealista)
En suma, es necesario estar atento a las señales que dicta el mercado, y acudir a las oportunidades cuando estas se presentan. En la situación actual, mejor esperar para invertir a que los precios se asienten -a la baja-.